lunes, 27 de noviembre de 2017

Preparando las maletas

A finales de este año daré por finalizada mi aventura con blogspot. Eso se traduce a la práctica en que dejaré de publicar aquí. Pero ni mucho menos dejaré de escribir. De hecho, continuaré haciéndolo pero en lugar de publicarlo aquí, lo publicaré directamente en mi página (www.albertcapapey.com) para optimizar mis limitados recursos y así lograr una mejor cohesión de contenidos.

En la web, además del nuevo blog con nuevo formato, encontraréis información relacionada con los cursos, talleres y charlas que impartiré, así como enlaces a otras páginas interesantes, fotos de las actividades que realizo y otras muchas cosas.
Por lo pronto, os invito a que vayáis echándole un ojo para ver cómo está quedando y si alguien tiene alguna sugerencia, será bien recibida.
Así que sin ganas de alargar más esta entrada, me despido y nos leemos pronto en la nueva ubicación digital. Espero que os guste!!!

Salud!

viernes, 10 de noviembre de 2017

Cómo, cuándo, cuánto y por qué controlamos a nuestros perros.

A priori responder las preguntas que titulan esta entrada puede parecer una tarea sencilla. Pero puedo aseguraros que no lo es. Eso sí, sólo si empezamos a respondernos estas preguntas (y todas las que se deriven de ellas) lograremos enfocar un camino propicio para alcanzar una convivencia plena, saludable y enriquecedora.

Creo que ya he dicho muchas veces, quizá hasta demasiadas, que yo no soy adiestrador. No me dedico a ello. Y aún así, son muchas, muchísimas las personas que contactan conmigo telefónicamente o vía internet para plantearme intervenir como tal en unas u otras circunstancias.

Como soy humano, reconozco que no siempre tengo la paciencia suficiente para explicar adecuadamente la diferencia entre educar y adiestrar. Pero en la mayoría de los casos, esas llamadas o consultas electrónicas acaban derivando en una visita a domicilio.
Y alguien se preguntará ¿por qué? ¿no buscaban un adiestrador? ¿no dices que tú no adiestras? Y así es. Pero la realidad es que la gran mayoría de esas personas no buscaban un adiestrador. Buscaban básicamente alguien que les ayude a "controlar" una situación que se les va de las manos. Y he entrecomillado la palabra controlar porque no es del todo exacta. Lo que todas esas personas quieren es entender qué está pasando. Y quizá necesiten que alguien les ayude, sí. Pero mucho me temo que esa ayuda no puede venir única y exclusivamente de la mano del control.

Y por ahí quería yo poner el foco en esta entrada. A menudo infravaloramos el criterio de nuestros perros y perras y por eso necesitamos instrumentos y herramientas de control. Es decir, necesitamos controlar a nuestros perros porque no nos fiamos de su criterio. Y como controlamos tanto a nuestros perros, no son capaces de desarrollar adecuadamente un criterio propio. ¿Curioso verdad? ¿Qué fue primero el huevo o la gallina? en realidad da igual. 

Diferentes escenarios; diferentes actores; diferentes instrumentos de control. Obviamente no es lo mismo un collar de estrangulamiento que una bolsa de chuches. Pero de alguna forma, el efecto que podemos llegar a provocar con ambas puede ser similar: un perro sin criterio, incapaz de desenvolverse por sí mismo en diferentes situaciones.

Por eso creo que es tan importante hacernos este tipo de preguntas: ¿Cómo estoy controlando a mi perro? ¿Le estoy controlando demasiado? A veces lo hacemos sin ser conscientes. Otras lo hacemos porque creemos que no hay otra alternativa. En ocasiones lo hacemos para recrearnos y en algunas incluso para que nos ayuden en algunas tareas. Disciplinas deportivas, exhibiciones, concursos... 

Creo que la educación debería centrarse mucho más en cómo dejar de ejercer ese control. Soy consciente de que nuestra vida diaria es posible que nos requiera de cierto grado de control puntual sobre el animal cuando, por ejemplo, nos proponemos cruzar una calle. Pero estoy convencido de que hay muchísimas situaciones en las que el mero hecho de tener que controlar al animal supone un fracaso educativo. Si le tienes que decir constantemente cómo se tiene que portar es porque algo no estás haciendo bien.

Para acabar, me gustaría decir a modo de aclaración que no estoy en contra del adiestramiento, ni mucho menos. Estoy convencido de que se puede adiestrar a un animal de forma amable y respetuosa y lograr lo que uno se plantee. Eso sí, el proceso quizá sea más lento y haya que echarle más paciencia. Y una cosa hemos de tener muy pero que muy clara si queremos adiestrar (o controlar) a nuestro perro o perra en algo concreto: si el animal falla no es culpa suya, sino de quien le da las indicaciones.

Salud y hasta pronto