Desde hace unas semanas recibo mails, veo imágenes y me llegan peticiones de firma de plataformas tipo change.org que tienen relación con un único tema: el asesinato de cientos, miles de perros que va a tener lugar en algun punto de la inmensa China y que según creo, forman parte de una especie de ritual para celebrar no se qué.
Bien, ante esto me asalta una duda, que plantearé al final de la entrada. Entre tanto, permitidme que exponga algunas reflexiones.
En primer lugar he de decir que soy completamente contrario al asesinato y a la tortura de ningún animal, sea donde sea. Aclarado esto me veo obligado a decir que no estoy informado sobre este tema en concreto. Es decir, no sé de qué va el supuesto ritual, ni el numero de perros sacrificados ni nada de eso. Pero esta entrada no va sobre eso. No me centraré en hablar de un caso concreto, sino que mi intención es utilizar ese caso como ejemplo de lo que quiero explicar.
Y es que no deja de sorprenderme la capacidad del ser humano para responsabilizarse y hacerse cargo de situaciones que, siendo más o menos "justas", ocurren a miles de kilómetros de distancia.
De forma habitual se abandonan y se maltratan animales muy cerca de nosotros. Pero eso no parece tan importante cuando aparecen casos tan grandes y tan mediáticos como el de China. Tenemos las perreras municipales (y refugios, casas de acogida, santuarios...) saturados de animales que esperan una oportunidad. Animales que han sido maltratados y/o abandonados sin que ello suponga problema alguno para nadie, excepto para los cientos de miles que se ven afectados (hablo de animales y de personas).
Cuando vi la cantidad de firmas que había recogido la mediática campaña del caso chino, primero me sorprendí agradablemente, y luego pensé que si una cuarta parte de la gente que se involucra en algo así lo hiciera también para cambiar algo de su entorno las cosas serian distintas. No hablo de que toda esa gente adoptara un animal. Me refiero a la capacidad que tenemos para intentar cambiar las cosas horribles que pasan a miles de kilómetros y a su vez permitir que al lado tuyo pasen cosas igualmente horribles y no mover una pestaña por cambiarlo.
Quizá si pensáramos más a menudo en lo pequeño lograríamos algún día llegar a cambiar lo grande. Pero sinceramente, me parece ridículo firmar para que no ocurra algo a diez mil kilómetros y no hacer nada para que no ocurra aquí. Y no hablo sólo de perros. Hablo de mataderos y granjas industriales en los que diariamente asesinamos vacas, cerdos, gallinas, pollitos, conejos... y un largo etcétera. ¿Os imagináis que en India organizan una campaña de estas para q dejemos de matar vacas? Son mucha gente, podrían dejarnos sin solomillos, sin bistecs... Por suerte para nosotros los hindúes parecen estar más pendientes de otras cosas y no parecen preocuparse por las aberraciones que hacemos aquí con lo que son animales sagrados para ellos. Alguno de nosotros pensará que bastantes problemas tienen ellos (seguridad, sanidad, educación, pobreza, natalidad...) como para intentar solucionar los de los demás, ¿verdad?
Pues quizá deberíamos aplicar nos el mismo cuento y dejar de involucrarnos en cosas que no van con nosotros para preocuparnos de las cosas que nos afectan de verdad.
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