A menudo subestimamos cosas porque no sabemos apreciarlas o porque no las entendemos. Otras veces simplemente por no querer entenderlas y algunas, las menos, porque no somos capaces de valorarlas.
Este es el caso, por ejemplo, del juego entre perros.
Cuando se habla de educación canina, suelen tratarse temas "serios" como el estrés, la comunicación, el miedo... pero no muchas veces he oído hablar del juego, y de la importancia que éste puede tener en el desarrollo individual y social del perro.
Este es el caso, por ejemplo, del juego entre perros.
Cuando se habla de educación canina, suelen tratarse temas "serios" como el estrés, la comunicación, el miedo... pero no muchas veces he oído hablar del juego, y de la importancia que éste puede tener en el desarrollo individual y social del perro.
De forma similar a nosotros, los perros necesitan jugar para descubrir y desarrollar multitud de aptitudes que llevan consigo desde que nacen. Capacidades y herramientas sociales, códigos, límites... y muchas cosas más son aprendidas a través del juego en distintas etapas de la vida del perro.
Cuando entendamos que el juego es mucho más que un mero entretenimiento o veamos en él algo más que simple diversión, nuestros compañeros y compañeras perrunas podrán empezar a crecer y madurar física y emocionalmente.
Quizá entonces entenderemos lo ridículo e inútil que puede resultar proponer siempre al mismo juego (sea el que sea), y empecemos a proponer actividades y juegos distintos, dirigidos no sólo a entretener sino también a aprender y sobretodo a cubrir necesidades para que el animal pueda desarrollarse de forma idónea.
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