jueves, 19 de mayo de 2016

primeras etapas, primeras carencias...

Humanos y perros compartimos gran parte de nuestra naturaleza. Ambas especies somos mamíferos, somos animales sociales y somos cazadores.
Cada una de estas características, como ya dije hace unos días, conlleva una serie de necesidades vitales que han de ser cubiertas para que cada individuo pueda crecer y desarrollarse.

Si bien es cierto que el modelo educativo de nuestra sociedad deja mucho, muchísimo que desear también lo es que continuamente se realizan estudios y se ponen en práctica nuevas formas y metodologías que permiten un mejor desarrollo individual y social.

Pero en realidad la formación de la naturaleza del individuo, de sus instintos, empiezan mucho antes de que pisemos una guardería, una escuela o una clase de adiestramiento para cachorros. 
Un bebé humano empieza a desarrollar su motricidad antes de que sus padres se hayan planteado "educarle". Empezamos a mover las manos y las piernas y nuestro cerebro va adquiriendo datos básicos que serán fundamentales para el futuro.
Cuando se espera un bebé, por lo general tratamos de hacer que el entorno en el que se moverá sea seguro. Tapamos enchufes, colocamos espumas en las esquinas y cantos de los muebles, compramos toda una serie de artefactos de colores, cosas con sonidos y texturas, formas. 
Durante unos meses el nuevo humano tendrá a su alrededor toda una serie de objetos con los que podrá interactuar sin peligro, que estimularán sus sentidos y con los que aprenderá cosas y, sobretodo, cubrirá unas necesidades vitales relacionadas con la motricidad, las texturas, las formas, los pesos...

Sólo si tenemos en cuenta que la naturaleza de los perros les hace muy similares a nosotros entenderemos la importancia de las primeras etapas de su desarrollo.
Muchos de los problemas de conducta que presentan perros adultos hoy tienen su origen en etapas muy tempranas de sus vidas.
Resulta mucho más complejo resolver en un perro adulto un problema relacionado con sus etapas más tempranas por diversos factores, por ejemplo, la tolerancia del entorno social: a un cachorro de determinada edad los adultos le permitirán muchas cosas (que ladre, que muerda, que corra...) pero eso no se lo permitirán a otro adulto y probablemente surja un conflicto.

Esto es mucho más habitual de lo que nos podemos imaginar. La inmensa mayoría de perros adultos que hemos conocido en nuestras vidas han sido, de una u otra forma, perros inmaduros. Han dejado etapas por cubrir seguro porque la gran mayoría de perros son separados de su familia (madre y hermanos) demasiado pronto, sin tener en cuenta nada (lactancia, vínculo, referencias...). Y una vez separado de su mundo se le intenta "educar" de forma poco asertiva.

El hecho de que nosotros, en el fondo, seamos recolectores seguramente tiene mucho que ver con que desarrollemos la motricidad de brazos, piernas y manos de forma muy temprana. 
Y de la misma forma el hecho de que los perros sean carroñeros marca gran parte de sus primeras etapas. Ellos también necesitan en sus primeras semanas desarrollar sus piernas, sus "brazos" y sus "manos" y probar texturas, olores, pesos... Y obviamente lo hacen de forma distinta a nosotros.

Pero de no cubrir adecuadamente las necesidades que estas etapas tempranas implican, seguramente nos estemos forjando problemas para el futuro.

Las carencias en estas etapas luego se reflejan en...
Perros adultos que muerden y rompen cosas (cazador y carroñero)
Perros adultos que persiguen y muerden cosas que se mueven rápido (cazador)
Perros adultos con problemas sociales con personas o con otros perros (animal social)
Perros adultos que tiran de la correa (cazador, carroñero y animal social)
Perros adultos que quieren conocer a todos los perros con los que se cruzan (animal social)
Perros adultos con excesiva dependencia (mamífero)
(...)

Y así habría una lista muy muy larga, casi interminable y mucho más detallada y matizada en todos sus aspectos. Obviamente las carencias en estas etapas tempranas se pueden cubrir una vez el perro es adulto. Si sabemos detectar el origen del problema sabremos cómo enfocar la solución. Aunque es cierto que, como he dicho, es bastante más complicado de solucionar. Y no por el perro en sí, sino por el entorno: ni los perros adultos ni tampoco las personas permitirán ciertos comportamientos de otro perro adulto ya que la sociedad les ha hecho entender que no son apropiados. Y probablemente deberemos buscar la ayuda y complicidad de otros actores que no sean los habituales. Quizá también deberemos proporcionar otros entornos, en función de la problemática, para que nuestro compañero o compañera pueda cerrar todas sus etapas y poder así comportarse como un perro adulto maduro o madura.

Por suerte, cada vez más educadores y educadoras tienen en cuenta estos aspectos y hay clases y grupos pensados e ideados para cubrir este tipo de carencias.
Puedo aseguraros que es espectacular ver a un buen educador trabajar con un grupo de personas y perros para trabajar distintos aspectos.

Pero como os digo siempre: tened mucha precaución con esto. No todos los educadores están capacitados para gestionar de forma apropiada un grupo de perros y lo que puede ser una herramienta fantástica si se utiliza bien, también puede resultar un fracaso y empeorar la situación si no se sabe utilizar. 
Como pasa siempre, los hay que mueven el carro y los hay que tratan de subirse a él sin siquiera plantearse de qué va el tema. Simplemente ven otra forma nueva de hacer dinero y se apuntan.
En cuanto al trabajo de grupos, hay muy pocas personas que realmente estén capacitadas, bajo mi punto de vista, para realizarlo de forma apropiada.
De hecho, hay quien habla del trabajo de grupos y sigue considerándose el líder de su manada...

Así que si no queréis fallar y queréis referencias sobre el tema visitad:
- el blog de Albert Vilardell: allí encontraréis más info sobre el trabajo de grupos dinámicos. Él lleva tiempo trabajando este tipo de grupos y obteniendo unos resultados espectaculares. 
- Si queréis información sobre las etapas de desarrollo de los perros, el mejor lugar al que podéis recurrir es al blog de Nicolás Planterose.
- Y si queréis saber más sobre la madurez de nuestros compañeros perrunos, no dejéis de entrar en el blog de Jordi Herrera.
En estos tres blogs encontraréis info sobre charlas, talleres, cursos y seminarios en los que tratan de transmitir su manera de entender la relación humano-perro y la convivencia.

Además, tengo el privilegio de participar con Jordi en uno de estos talleres que realizaremos próximamente en Cardedeu y he de confesaros que es fascinante adentrarse en los caminos que plantean para enfocar la educación canina.

Salud!

No hay comentarios:

Publicar un comentario