Creo que seguir hablando de dominancia a día de hoy es un gran atraso, un lastre. Por eso mismo escribo esta entrada y espero no tener que escribir más sobre el tema.
Hace años que se habla de manadas, líderes, machos alfa... etc. Y resulta gracioso que el señor que habló de ello por primera vez, L. David Mech, hace años que se retracta de sus palabras (hay un vídeo en youtube en el que lo explica). Pero parece que no llegó a tiempo. La pelota de la dominancia se hizo muy grande. Fue como darle un caramelo a un niño. De repente, la humanidad tenía una especie gregaria a la que someter y maltratar con el amparo de la ciencia. Si los expertos dicen que hay que ser el líder, es que hay que ser el líder ¿no? Bien, ¿y qué pasa cuando los expertos rectifican? Dicen que rectificar es de sabios...
El concepto de "manada" que estableció Mech en un principio (macho alfa, hembra alfa, manada jerarquizada) cambió radicalmente cuando se pudo estudiar a los lobos en libertad. Descubrieron que las manadas son núcleos familiares. En los primeros estudios, Mech y su equipo colocaron distintos tipos de lobos en un recinto cerrado y observaron su comportamiento. Lógicamente, en ese "Gran Hermano" de lobos surgieron conflictos, que se interpretaron como si fuesen exhibiciones de fuerza, rango y jerarquía. Cuando tuvieron la oportunidad de verlos en libertad, poco menos que se echarían las manos a la cabeza. Vieron que no había conflictos dentro de una manada. De hecho, la idea resulta un poco absurda desde cualquier punto de vista: una manada necesita todos sus miembros en buen estado para cazar y sobrevivir. La manada suele estar formada por un papá lobo, una mamá loba y sus lobitos. Cuando éstos crecen, dependiendo del entorno, buscan formar su propia familia o se quedan con la suya formando una manada mayor (esto sucede en territorios donde las presas son muy grandes).
Pese al empeño del sr. Mech y a los numerosos estudios realizados a posteriori que demuestran que el lobo es un animal con una estructura social mucho más transversal de lo que siempre se había creído, hoy seguimos "recetando" dominancia por doquier. Hay quien insiste en decir que la raíz de los problemas en la convivencia entre los humanos y los perros hoy en día son porque los humanos no sabemos ser líderes de nuestros perros y perras. No sabemos imponernos.
En parte puedo estar de acuerdo con el "pseudo-educador" que receta dominancia. Yo también creo que uno de los mayores problemas es la dominancia. Pero mi visión es justamente opuesta. Es decir, muchos problemas empiezan cuando intentamos someter o "dominar" a nuestro perro.
Cuando intentamos imponernos a alguien pasamos por alto e ignoramos todo tipo de comunicación. Ese es otro gran problema.
Los estudios de comportamiento animal nos han aportado grandes cosas en las últimas décadas. Turid Rugaas, en su libro "las señales de calma, el lenguaje de los perros," nos describe una serie de comportamientos, acciones y movimientos que nos han ayudado a entender mejor a estos increíbles animales. Los Coppinger en su libro "Perros" nos ofrecieron un punto de vista distinto acerca del origen y evolución de la convivencia entre humanos y perros. Nuevos enfoques y teorías apuntan a un origen de la convivencia mucho mas lejano en el tiempo y muy relevante para la historia de la evolución.
Pero ¿ahora cómo le quitas el caramelo al niño? Hay quién no concibe la posibilidad de tratar a su perro de otra forma que no sea imponiéndose. "Es un perro. Ha de hacer lo que se le dice" ¿verdad? Pues va a ser que no.
Por suerte vamos avanzando. Cada vez somos más los que apostamos por una educación basada en la comunicación, la empatía y el respeto. Nos olvidamos de los collares de pinchos, de los tirones de correa, de los golpes en el cuello... etc. Entendemos la educación de otra manera. Y los resultados hablan por sí solos. Dejémonos de imposiciones y obligaciones. En vez de intantar ser un líder, tratemos de ser un amigo y un buen compañero. Demos una oportunidad a la comunicación.
Hace años que se habla de manadas, líderes, machos alfa... etc. Y resulta gracioso que el señor que habló de ello por primera vez, L. David Mech, hace años que se retracta de sus palabras (hay un vídeo en youtube en el que lo explica). Pero parece que no llegó a tiempo. La pelota de la dominancia se hizo muy grande. Fue como darle un caramelo a un niño. De repente, la humanidad tenía una especie gregaria a la que someter y maltratar con el amparo de la ciencia. Si los expertos dicen que hay que ser el líder, es que hay que ser el líder ¿no? Bien, ¿y qué pasa cuando los expertos rectifican? Dicen que rectificar es de sabios...
El concepto de "manada" que estableció Mech en un principio (macho alfa, hembra alfa, manada jerarquizada) cambió radicalmente cuando se pudo estudiar a los lobos en libertad. Descubrieron que las manadas son núcleos familiares. En los primeros estudios, Mech y su equipo colocaron distintos tipos de lobos en un recinto cerrado y observaron su comportamiento. Lógicamente, en ese "Gran Hermano" de lobos surgieron conflictos, que se interpretaron como si fuesen exhibiciones de fuerza, rango y jerarquía. Cuando tuvieron la oportunidad de verlos en libertad, poco menos que se echarían las manos a la cabeza. Vieron que no había conflictos dentro de una manada. De hecho, la idea resulta un poco absurda desde cualquier punto de vista: una manada necesita todos sus miembros en buen estado para cazar y sobrevivir. La manada suele estar formada por un papá lobo, una mamá loba y sus lobitos. Cuando éstos crecen, dependiendo del entorno, buscan formar su propia familia o se quedan con la suya formando una manada mayor (esto sucede en territorios donde las presas son muy grandes).
Pese al empeño del sr. Mech y a los numerosos estudios realizados a posteriori que demuestran que el lobo es un animal con una estructura social mucho más transversal de lo que siempre se había creído, hoy seguimos "recetando" dominancia por doquier. Hay quien insiste en decir que la raíz de los problemas en la convivencia entre los humanos y los perros hoy en día son porque los humanos no sabemos ser líderes de nuestros perros y perras. No sabemos imponernos.
En parte puedo estar de acuerdo con el "pseudo-educador" que receta dominancia. Yo también creo que uno de los mayores problemas es la dominancia. Pero mi visión es justamente opuesta. Es decir, muchos problemas empiezan cuando intentamos someter o "dominar" a nuestro perro.
Cuando intentamos imponernos a alguien pasamos por alto e ignoramos todo tipo de comunicación. Ese es otro gran problema.
Los estudios de comportamiento animal nos han aportado grandes cosas en las últimas décadas. Turid Rugaas, en su libro "las señales de calma, el lenguaje de los perros," nos describe una serie de comportamientos, acciones y movimientos que nos han ayudado a entender mejor a estos increíbles animales. Los Coppinger en su libro "Perros" nos ofrecieron un punto de vista distinto acerca del origen y evolución de la convivencia entre humanos y perros. Nuevos enfoques y teorías apuntan a un origen de la convivencia mucho mas lejano en el tiempo y muy relevante para la historia de la evolución.
Pero ¿ahora cómo le quitas el caramelo al niño? Hay quién no concibe la posibilidad de tratar a su perro de otra forma que no sea imponiéndose. "Es un perro. Ha de hacer lo que se le dice" ¿verdad? Pues va a ser que no.
Por suerte vamos avanzando. Cada vez somos más los que apostamos por una educación basada en la comunicación, la empatía y el respeto. Nos olvidamos de los collares de pinchos, de los tirones de correa, de los golpes en el cuello... etc. Entendemos la educación de otra manera. Y los resultados hablan por sí solos. Dejémonos de imposiciones y obligaciones. En vez de intantar ser un líder, tratemos de ser un amigo y un buen compañero. Demos una oportunidad a la comunicación.